Los gastos innecesarios pueden llegar a dañar tu salud financiera, pero a veces también salen imprevistos y puede que en cualquier momento necesites endeudarte, aunque esto te provoque problemas de dinero.

¿Qué es un gasto?

Un gasto es la salida de dinero para pagar algo en específico. Lo más saludable financieramente es que tus gastos vayan de acuerdo con tu nivel de poder adquisitivo, dependiendo directamente de tu salario. Lo ideal es que, en tu presupuesto del mes, puedas incluir todo tipos de gastos

Tu presupuesto está determinado por una cantidad específica de dinero y que se compone de tus ingresos, debe ser establecido para un periodo de tiempo y, a partir de él, se deben elegir los gastos que hagas de acuerdo con criterios de importancia.

Dentro del presupuesto debes tener en cuenta tus ahorros para el retiro, dinero extra para imprevistos, gastos fijos y variables, pago de deudas, entre otros.

Tipos de gastos que dañan tus finanzas

Una mala planeación del dinero puede provocar problemas financieros a corto plazo, puesto que la salud financiera puede ser delicada si eres una persona distraída o desordenada en la forma en la que administra su dinero.

Los gastos fijos mal planeados.

Se trata de aquellos gastos que debes realizar cada cierto tiempo de manera obligatoria. Es común que estos gastos tengan una periodicidad mensual y suelen no variar mucho en cuanto al monto que suponen. Aunque muchos de estos gastos son de primera necesidad, también es posible que incurras en algunos que pueden ser excesivamente altos para tu nivel de ingresos, dañando tus finanzas. Por ejemplo, pagar una renta que sea mayor al 40% de tus ingresos es un gasto fijo mal planeado, puesto que no te dejará mucho margen para otros gastos y mucho menos para ahorrar.

Los gastos excesivos.

Son aquellos que suelen no ser de un monto fijo en específico, ya que dependen del consumo de productos o servicios según las necesidades que tengas en el mes. Este tipo de gastos dañan tus finanzas porque, aunque puedas destinar una parte del presupuesto para cubrirlos, también es posible que, por su naturaleza, no puedas calcularlos con precisión y termines ocupando más dinero del que habías considerado. Un buen ejemplo es el importe por pagar del uso que le diste a tu tarjeta de crédito, pues el cobro es el total de lo gastado en ese periodo.

Los gastos de emergencia.

Cuando tienes que hacer un desembolso de dinero que no tenías previsto en tu presupuesto y que el asunto no podía esperar a ser resuelto, incurriste en un gasto de emergencia. Este tipo de gastos son los que más pueden dañar a tus finanzas, si no cuentas con un fondo para emergencias. Un ejemplo muy común de gastos de emergencia, es cuando algún familiar enferma y es necesario pagar el hospital o comprar las medicinas.

Los gastos “hormiga”.

Se les llaman “gastos hormiga” a aquellos desembolsos que poco a poco se te van presentando durante los días, sin que los tuvieras contemplados, pero que no son muy costosos de golpe. Sin embargo, al final del periodo suman bastante dinero que se restó del presupuesto y que al no tenerlos en cuenta por lo bajo que suelen ser se tiende a pensar que no habrá mucha diferencia al final del mes. Algunos de los ejemplos más comunes son los cafés en la calle o los antojos de capricho.

En tu presupuesto siempre tienes que contemplar todos los gastos posibles, ya que uno de los errores más grandes es no hacerlo. Te recomendamos evitar los gastos hormiga para que puedas lograr tus metas de ahorro.