Los niños están genéticamente programados para imitar. Los papás sirven como modelos a seguir para los hijos, y no sólo a través de la interacción directa con ellos. La interacción indirecta o los ejemplos de actitud y comportamiento con los demás y el mundo exterior también influyen enormemente en el desarrollo de la personalidad y de las habilidades sociales de los hijos.

La mayoría de nuestros hábitos provienen directamente de nuestros padres. Si los padres fueron malos manejando su dinero, sus hijos probablemente también lo serán y el dinero desaparecerá. Esto significa que no se contará con ahorros o activos, a cambio lo único que se podrá obtener son deudas y preocupaciones financieras.

No existe un padre que quiera que su hijo crezca teniendo dificultades financieras, es por eso que lo mejor que puedes enseñarles es finanzas.

  • Enséñales a ahorrar. El ahorro es un hábito que debe ser cultivado desde temprana edad, del dinero que obtengan a través de su “mesada”, destinar invariablemente un monto al ahorro como una obligación para el menor.
  • Enséñales a invertir. “Papá, ahorre durante un año, qué puedo hacer con mi dinero”. Inculcar a nuestros hijos la importancia de buscar asesores financieros que los guíen para invertir sabiamente sus ahorros.
  • Enséñales a alcanzar sus sueños. A medida que los hijos van creciendo, es fundamental trabajar sus capacidades emprendedoras, explotar su creatividad a fin de que el día de mañana, les resulte más sencillo lanzarse a desarrollar proyectos personales e incentivar su ingenio.

Sabemos que los padres son a menudo sujetos de admiración que los niños necesitan para crecer. A través de las cualidades y los logros personales inspirarán a sus hijos a esforzarse y contar con importantes hábitos de ahorro.